El entrenador del Joventut hace una valoración de su primer año en el banquillo del Olímpic en el que aplaude la implicación de sus jugadores, la evolución de los jóvenes y la conexión con la afición

¿Qué valoración haces de la temporada en pocas palabras?

Una valoración buena, pero hay que ser exigentes. Hubo un momento en que hubiéramos podido dejar de sufrir pero el miedo nos hizo perder algún partido que teníamos controlado. El objetivo de la próxima temporada, aceptando la situación que tenemos, es salvarnos pero también sufrir lo menos posible.

¿Cuál fue la clave para superar la situación del 0-5?

Hay tres claves que lo explican. La llegada del Jerome lo cambió todo y luego también fue muy importante la unión en el equipo, la gente del Club y de la cantera. Por último, creer en el método, es decir, seguir trabajando a pesar de las derrotas, porque cuando ganas es fácil creer en el trabajo, mientras que cuando pierdes, no, pero los jugadores con su actitud en el día a día hicieron posible la mejora.

El equipo ha conseguido 9 de las 11 victorias en casa. ¿Qué le ha aportado el Olímpic para conseguir estas cifras?

El Olímpic ha aportado energía y confianza, ha habido una gran conexión con los aficionados que siempre nos han apoyado, en la victoria y en la derrota. Aquí hemos cultivado una semilla con la gente que siempre está y eso nos ha dado mucho.

Al principio de temporada decías que era muy importante vivir cada entrenamiento con la motivación del primer día. ¿Crees que lo habéis conseguido?

Hemos intentado convertirlo en un hábito en cada entrenamiento, como en los partidos. Entiendo que en la NBA cuando ganan de 15 puntos no ataquen, y que esto se reproduzca en Europa, pero yo no creo en eso. Creo en el hábito de trabajar al máximo en todo momento independientemente de cómo vaya el marcador y lo mismo en cada entrenamiento, porque si vas al máximo, intentas mejorar y lo das todo siempre, esta actitud se convierte en un hábito, que para mí es fundamental.

Tu objetivo era hacer un juego atractivo con el que el público se sintiera identificado, y ha tenido fases de muy buen baloncesto. ¿Estás satisfecho con el nivel demostrado?

En momentos puntuales sí, pero en otros no. Ha habido momentos en los que nos hemos parado cuando íbamos ganando, y esto lo superamos cuando cambiamos la óptica y no jugábamos por no descender y lo hacíamos para quedar en la decimoquinta posición. La continuidad en el juego, de pasarse la pelota y ayudarse se fundamenta en los valores, pero hay que tener la técnica y la táctica para hacerlo, y aquí importa mucho el aspecto mental, y para ser ambiciosos de cara al año que viene queremos seguir trabajar en esta línea para tener un nivel más alto.

Ha sido un año en el que los jóvenes han tenido mucho peso en los entrenamientos e incluso los partidos. ¿Han respondido a tus expectativas?

Sí, sobre todo en el esfuerzo y en la concentración, y eso es lo que les ha permitido ir mejorando. Si no piensas en los detalles mejorar es muy difícil y ellos lo han conseguido. La clave con los jóvenes es tener continuidad, en un mes no se puede construir nada, ni tampoco en un año. Hay que trabajar, porque hay altos y bajos pero esto es normal, así que la continuidad y la paciencia son clave en la formación.

Durante toda la temporada has comentado que nunca se es lo suficientemente grande para aprender. ¿Cómo valoras la implicación de los más veteranos en un curso tan exigente?

Ha sido básico, porque se han dejado entrenar y ayudar por los entrenadores, han aceptado los consejos. Cuando se tenía que trabajar y esforzarse tras un mal partido, ellos lo hacían, y cuando había que hacer un sprint al final del entrenamiento, también. Todos los veteranos han sido un ejemplo a seguir, y esto es muy importante porque han dado confianza al equipo en los momentos importantes y difíciles.

Sin hablar de números de victorias, ¿cuál es tu objetivo para la próxima temporada?

El equipo, el Club, el plantel y la afición tenemos que aceptar la situación que tenemos, hemos pasado un año duro y sabemos que el año que viene también lo será. Debemos aprovechar el trabajo de estos años y de la última temporada para empezar a construir, y por eso nos gustaría mantener la estructura del equipo, construir desde el máximo de jugadores que hemos tenido.

¿Y después?

Debemos aceptar nuestra posición en el mercado y seguir trabajando juntos para mejorar nuestra competitividad y nuestro juego, sobre todo fuera de casa, para pasar una temporada en la que el objetivo será salvarnos pero sin miedos. Habrá momentos complicados pero intentaremos tener un colchón que nos permita tener confianza y disfrutar.